domingo, 6 de marzo de 2011

Poema sin versos.

La luna entreabierta para que nos mire el cielo. El Sol, amoratado tras tropezarse con los edificios, se levanta otra mañana y se limpia sus heridas, y lo llena todo de nubes de sangre. Mientras tanto las estrellas vuelven a sus casas celestes, demasiado borrachas de vía láctea.

Aquí abajo me inundan las esquirlas de los sueños sin dormir, y la oscuridad que se cuela entre los bostezos. Y un mar de montañas que me hunden las montañas en los párpados.

Entonces recuerdo las caricias de tus sonrisas, y el atardecer en el mar de tu escote, y se marchan volando las ramas de los pájaros y se extienden por el suelo las plumas de los árboles, y me sopla el corazón y me late el viento, y ya no sé ni lo que digo.

Así me quedo con el terciopelo de tu cuello, que le lima las zarpas a mi realidad y con tus vasijas de saliva que bebo hasta reventarme, aunque nunca lo consigo.

Para acabar me desangro de mis palabras, que me encogen el alma, y lo mancho todo con ellas. Hasta que se me cierran sus heridas, hasta que cicatrizan las gotas de tinta sobre el papel, hasta que me lleno de tus imágenes y no queda nada que decir.

4 comentarios:

  1. lalalalallaaaaaaaaa laaaaaaaaaaaaa laaaaaa
    va siendo hora de subir algo no? muchas telas aéreas, mucha historia pero nada!!!!!!!!!!!!

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  2. estas jodidamente enfermo!!!XDXD déjame tranquilo, ya subiré algo XD

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