domingo, 31 de julio de 2011

Nirvana

Vengo de un lugar donde el Sol se amanece dos veces, donde el atardecer se duplica cada noche.

Vengo de un lugar donde el horizonte esta bajo tus pies, donde se encuentra el principio y el final del mundo. Donde la Luna brilla todo el día. Tan blanca como vapor de agua. Tan cercana que se funde entre las nubes y se deja arrancar un poco con el viento.

Vengo de un instante cosido al espacio con el agua y la luz. Donde el río habla y tú eres el único que escucha.

Vengo del lugar donde la lluvia cala hasta el alma y el Sol exprime hasta el sudor de tus huesos. De allí donde los pájaros tejen y ladran, y los murciélagos duermen en el jardín, donde las mangostas son los gatos y los búfalos sirven el desayuno.
De allí donde los pétalos se hinchan como globos, y las semillas explotan con fuego de metralla, y las hojas juegan a escupir burbujas.

Vengo del lugar donde los recuerdos son tan indelebles como las fotografías, donde no hay cicatrices suficientes para conmemorar cada bocanada de aire.
Del lugar donde los dioses pasean por las calles montados en elefante, y son los rinocerontes los que trazan los senderos del destino. Donde Buda hipnotiza con su mirada universal y Shiva grita con cantos de sirena.

De allí, bajo la cascada y el silencio, entre la selva y la tormenta. Con el sabor del té y del arroz. Caminando por el cielo del arrozal, donde la selva abre sus fauces para mostrar sus dientes de firmamento. Con el decorado de las montañas disfrazadas de nubes. Con las horas descalabradas y los días contados con dosis antimalaria. Del lugar que se echa de menos nada más llegar, que espera tu regreso cuando aún no le has conocido. Donde los árboles de los ojos se llenan de lágrimas cuando presienten tu marcha, y el paisaje se inunda de la tristeza de las despedidas.

Vengo de allí donde el Nirvana es lo único que se huele en el aire, donde lo único que se oye es el ensordecedor eco del camino. Ese eco que emborrona los sentidos, que se funde con tus pensamientos, que te atrapa y no te suelta, que envenena y no mata, que te domestica mientras te obliga a ser libre. Que se vierte sobre tus venas hasta hacer fluir la sangre, hasta ser la mejor de las drogas, hasta descubrir nuevos colores, hasta ser el único sendero que seguir, hasta ser el único lugar en el que vivir para siempre.

1 comentario:

  1. Parece que te has traido muchas cosas ways de Nepal, y no solo lo digo por los regalos!

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