lunes, 31 de mayo de 2010

Reyes, reinas y nitroglicerina (III)...y Fin

-La luna ya se ha sentado entre las nubes, Palabras, y su silbido de luz encima de las olas hace añicos una y otra vez mi jarrón de porcelana oriental y taquicárdica...Pero mi reina no se asoma ni me llama desde el otro lado de los anillos de Saturno, que de tanto remover he convertido en espirales.

-Vestigios, te has marchado muy lejos a buscar, cuando tan sólo debes dar dos medias vueltas al mundo para encontrarla a tu lado...Pues Tiempo y Óxido jamás se ha separado de ti.

Porque decidiste seguir a las canciones sin sirenas, buscar en los bordes del núcleo del Sol. Y sólo conseguiste un jarro de agua fría contaminada de sanguijuelas y de decepción que poco a poco te carcomen tiras de piel y te mastican las entrañas lentamente y con descaro. Hasta que sólo te queda ese nudo en el estómago hecho de andar sobre la cuerda floja y esa bola de gelatina que no puede dejar de temblar.

Decidiste lanzarte de cabeza a agujeros negros llenos de ladridos de perros, que no saben de collares ni de proteger castillos ni infiernos. Te zambulliste en esa espiral de la que nadie vuelve, sólo con un mechero y una caja de cerillas en la que dormir y arder en sueños. Y brillar un instante y encontrar a alguien mirando a tus coordenadas y quedarte para siempre en sus pupilas y que tus cenizas se despidieran con un hasta nunca.

Te embarcaste en una odisea en el espacio sin dioses furiosos ni guerra de troya de la que regresar, ni Penélope esperando en ninguna isla perdida. Miraste por el balcón de cada noche, y observaste el menguar de la Luna , con la esperanza de que dejara ver algo al otro lado. Puliste una nueva lente cada segundo para tu catalejo lleno de telarañas, para poder vislumbrar una estrella más en ese pedazo de vacío entre las lunas de Júpiter.

Quisiste buscar al otro lado del otro mundo, sin pararte a escuchar los pasos ni la respiración ni las risas ni los párpados cortando el aire de tu reina Tiempo y Óxido.

Pues es ella la que que enjauló tu cabeza entre las nubes con sus ojos de colorante alimenticio y setas alucinógenas, para no dejarla bajar ni para sentir llover.

Pues es ella quién, con un sedal de carcajadas y abrazos de tercipelo, saca una a una las cuchillas de afeitar llenas de palabras que se acumulan en tu garganta y que nos desgarran la realidad y el mundo. Y nos dan ganas de saltar y de no de pisar el suelo otra vez. Y el espacio sangra y el tiempo vuela y coagula un nuevo mundo en el desagüe de nuestras bañeras y otra realidad empaña los espejos y ya sólo queremos ver más.

Porque por ella te inyectaste una a una las escamas de dragón y le cambiaste los ojos a la serpiente a cambio de tus oídos, para ya no oir el molesto martilleo del corazón sobre la almohada y poder ver algo de calor.

Por ella guardaste la verdad bajo tus huesos y te grabaste tatuajes y pinturas rupestres en las costillas, porque hasta ellas querían salir a gritarle al frío que se fuera de una vez, que ya no caben más carámbanos en el hígado ni más ventiscas en el pecho ni más auroras boreales entre sien y sien

-Esa es tu reina, Vestigios, tu reina Tiempo y Óxido. Tan sólo mira a un lado y déjate consumir por ella.

-Primero voy a respirar...




...Y en un baile sin máscaras, ni sinfonía ni ganas de girar, los reyes y reinas escuchan las Palabras adecuadas e ignoran las demás. Y se lanzan al Vacío acompañados del Eco de sus mentes en blanco en las que se refleja el Abismo que les espera. Y sólo esperan que no queden Vestigios ni Tiempo que perder ni nada que pueda llevarse el Óxido.

Y en una caída libre hacia la eternidad sólo llevan cubos de pintura con las manos de pincel y el mundo como lienzo.

Y lo pintan todo de aleaciones de cuero y humo, y de viento y plasma

Y llenan el aerógrafo de Nitroglicerina y ocupan un epicentro de mal humor. Y dejan de esperar a que las vibraciones lleguen, toman un trago de ira , y todo empieza a temblar.

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