domingo, 21 de noviembre de 2010

Bienvenido a la Selva

Bienvenido a la selva. Bienvenido a ese lugar donde las sonrisas se roban con el puño cerrado, donde se abraza por la espalda para que te olvides para siempre de tus costillas. Bienvenido al palacio de la incompasión, donde los niños tiñen sus bocanadas de aire con hollín y malas palabras.

Aquí la piedad se cambia por pisadas en el alma y el amor por besos a botellas vacías. Y si truenas calma lloverán golpes y puñaladas traperas. En este bosque de maldad solo quedan ratas cobardes persiguiendo a los lobos solitarios, que sólo pensaban en la Luna llena que sigue oculta tras esas nubes de hielo perpetuo.
Puedes huir pero no esconderte, puedes gozar de hacer sufrir pero no cesar tu sufrimiento. En las copas de los árboles reinan las pesadillas de cada esquina y las sirenas brillan en azul y en rojo, y sólo cantan terror.

Bienvenido al reino del miedo y de las manos cubiertas de sangre. Bienvenido al imperio de los falsos y de los títeres de caras amargas y corazones de hojalata. Aquí las murallas encierran a las mentes que intentaron volar fuera del mundo para encontrar otro planeta mejor por el que luchar. Aquí sólo quedan ya ríos de dolor y mares de moratones. Y un enorme océano de temblores.

Bienvenido a la selva. Unos decidieron morir, mordieron sus venas y las secaron al Sol del sueño sin sueños. Otros decidieron sembrar amenazas para recoger lágrimas y calderilla de los bolsillos. Lagrimas, para olvidar sus tristes vidas y calderilla, para matar a la pobreza de sus cráneos vacíos.

Bienvenido a la selva donde sólo unos pocos decidieron luchar. Unos pocos que se lanzaron al vacío para impedir que te ahogaras en la nada. La minoría irreductible, incorregible y loca de atar. El club de los inconscientes. El ejército de desesperados por la esperanza, los espartanos sin Termópilas y sin lanzas ni escudos. Sólo música y entrechocar de nudillos, sólo besos, sudor de lava y unas gotas de tequila. Para que el corazón no deje de latir.

Bienvenido a la selva, que aquí no estás a solas. Que no se cansa el que intenta regalarte sueños de papel y acuarelas. Yo traeré lo que pidas, tu traeme tu felicidad y tu voz de luz y de nubes. Yo te alcanzaré los deseos que no te dio el genio de lámpara. Si prometes no dejar de bailar, si prometes no apartar la mirada, si prometes seguir bebiendo a mi lado. Y si vuelven las ratas ignóralas, que los lobos no pararemos de aullar a tu lado, y si graniza desprecio aráñale la mirada. Y lucha como una leona, y grita con el sabor de la libertad en la lengua y con la textura de la alegría entre los colmillos.

Por todo, por luchar, por los lobos y las leonas, por la luz de la Luna llena que brilla en el cielo, porque resuene el eco de nuestras pisadas en el universo, por las sonrisas adictivas y los tatuajes de las noches que se salieron del tiempo. Por el miedo y las pesadillas, por el valor y los sueños que nos quedan por encontrar. Por ti y por mí, Porque ésto sea lo más grande que nos ha ocurrido.

Por todo, por la felicidad, por la vida, bienvenido a la selva.

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