domingo, 22 de agosto de 2010

Cuentos de tren II (Sólo Dragones)

Dos dragones hacia el cielo retorciendo la materia y la nada del aire. Las dimensiones se unen en un punto. Se solapan los universos y un cazador furtivo atrapa el sistema solar en su lámpara maravillosa, llena ya de genios verdes y morados.
Ya solo quedan dragones y sus perlas llenas de deseos y ángeles guardianes. Ya sólo quedan dragones. Dragones y mil demonios y sus puñados de maldad y sus botellas de carcajadas mágicas y negras.

Dos dragones que enhebran la aguja del destino, mientras los demonios desgarran la realidad a puñaladas traperas.

Entonces los dragones dejan de coser para destruir. Para desinfectar lo que queda en en este siniestro pozo sin agua, ni reflejo de luna, ni bordes ni profundidad.

Entonces los dragones escupen serpientes y corazones llenos de valor. Y con veneno y fuego los demonios caen uno a uno desangrándose y pidiendo piedad con su infinita cobardía . Uno a uno se van sumiendo en una profunda soledad sin muros ni tierra que avistar. Se van hundiendo en sus miserias sin luz del sol.

Entonces los dragones cierran la puerta y echan el cerrojo y piensan en un lugar llamado muerte en el que descansar.
Su piel se torna suelo que sobre el que caminar y su respiración cielo que observar durante las noches de verano. Y las antiguas ganas de volar se vuelven olas en un mar de sangre azul y latidos eternos.

Y sus perlas son las estrellas y sus almas el amanecer y la vida de un millón de seres en un sinfín de universos paralelos...

-Por eso, Pandora, no debes abrir la caja.

-Pero yo...Yo no quiero paz, yo no quiero un amanecer ordenado con un horario establecido y un punto cardinal privilegiado. No quiero un mundo sin oscuridad ni dragones, en el que no se encuentren demonios para combatir o con los que reír hasta hacerse vapor.
Yo quiero conocer el dolor y la tristeza para comprender el valor del placer y de las lágrimas de alegría.


Quiero conocer un lugar llamado muerte...Quiero abrir la caja.

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