domingo, 22 de agosto de 2010

Cuentos de tren I (El Cuervo y la Luna)

Entonces , el Cuervo se llevó la Luna.

Se la llevó a ninguna parte. A donde nadie la viera, donde no se reflejara en ningún río ni atravesara cristales ni velos. La ocultó lejos de caras de asombro y de máscaras venecianas repletas de drogas placebo. La atrapó con sus garras y se la quitó al mundo y a los niños. Y los hombres lobo fueron sólo hombres sin nada a lo que aullar.
Recorrió tormentas en Júpiter y mares en Neptuno. Y el viento solar le arrebató los cráteres a la Luna como discos cortantes llenos de grandes saltos para la humanidad. Picoteó la cara oculta para así no poder descubrir nada y , apoyado entre anillos de asteroides y joyas de nebulosas, hizo añicos la Luna contra los colores y la luz, contra el púrpura y el azul eléctrico, contra las radiaciones de origen desconocido y los trescientos mil kilómetros segundo de cada gramo de luz.

Entonces el cielo se llenó de plumas negras de nubes, relámpagos y vacío. Y la Luna se hizo mil millones de granos de arena que se llevó la ventisca estelar más cercana.

Y el cosmos se lleno de arena de Luna y sus bordes de pluma negra de cuervo y oscuridad. Y la arena quiso ser de tiempo eterno y fue estrellas. Y las estrellas quisieron dejar de ser para siempre y ser fugaces, y caer al agua y dar la vida en fases suicidas,hasta que el Cuervo devolviera a la Luna llena.

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